“Extraños
en un tren” (1951)

Obra maestra del
extraordinario Alfred Hitchcock en la cual el genial director aborda dos de sus
frecuentes temas: el estudio de la parte maligna del ciudadano modelo y la
figura del posible falso culpable. Basado en una novela de Patricia Highsmith y
contado entre los guionistas con Raymond Chandler, Hitchcock construye con su
habitual precisión narrativa una verdadera joya del cine, con un espectacular
trabajo de dirección del maestro con su habitual énfasis de los pequeños
detalles que atrapen e ilustren al espectador en la intriga contemplada en
situaciones inolvidables. (elcriticon)

Entre ellas el primer
montaje que muestra el avance de los pies de los dos protagonistas hasta el
encuentro dentro del tren, el magistral plano del estrangulamiento visto a
través del reflejo en las gafas de la víctima, la curiosa toma de un partido de
tenis en el que todo el mundo sigue el vaivén de la pelota mientras Robert
Walker (interpretando magníficamente a un complejo personaje con claras
connotaciones homosexuales), que se halla entre el público, clava fijamente su
mirada en un aturdido Farley Granger, por no hablar de la pelea final de los
protagonistas encima de un descontrolado carrusel. (elcriticon)

Para comenzar el análisis espacial en el filme, se
debe entender cómo funciona el espacio en si. Como todos los mundos, también el
de la pantalla está dotado de un espacio y de un tiempo, o mejor, de dimensión
espacio-temporal orgánica y unitaria, que define caracteres y los coordina.
Ahora bien, la misma presencia de este cronotopo unifica los niveles de la
representación, pues la “permanencia” de un espacio-tiempo constituye el
elemento conectivo entre ellos. Pero a la vez, la progresiva “elaboración” de
este mismo espacio-tiempo, con casos de refuerzo, distorsión, etc., subraya el
paso de un nivel a otro (ese “mismo mundo” es objeto de un tratamiento distinto
según los distintos niveles: la puesta en cuadro puede trastornar la
coordinación de la puesta en escena y, del mismo modo, la puesta en serie puede
instaurar referencias propias, ya sean parciales o temporales). (Casetti y Di
Chio, 2007)
La primera toma de la cinta nos señala el eje principal
de la cinta, se ven pies, de distintas personas claramente. Un par de pies
avanza hacia la izquierda, el siguiente par de pies avanza hacia la derecha,
apreciamos luego las líneas férreas que se cruzan y al mismo tiempo son
cubiertas por una sombra, la cuál es causada por el tren que las cruza hasta el
momento de su separación. Hitchcock siempre utilizaba la convención de que el
lado izquierdo fuera para personajes malvados y débiles, mientras que la
derecha quedaba para personajes que son buenos o momentáneamente dominantes.
(Ebert,)
Se puede tomar como una pista que nos da el
director, advirtiéndonos que ese par de personas llegaran a conocerse, si es de
manera voluntaria o involuntaria todavía no lo sabemos; pero si notan en el
video poco a poco ese cruce de líneas, cruce de vidas; comienza a verse opacado
por la sombra de lo que acontece en ese momento, el tren. Lo cual representará
el misterio que tocará sus vidas hasta el momento de su separación, el momento
de su unión, traerá consigo cambios para ambos.

Otro momento que nos indica lo crucial del asunto,
se da durante un juego de tennis. Toda la multitud sigue fijamente la bola
durante el juego, excepto el señor Bruno el cuál; de nuevo está en busca de
Guy.
Bibliografía
Casetti, F. Di
Chio, F. (2007). Cómo analizar un film. España: Editorial Paidós.
Ebert, R. (2006). Las grandes películas 2. España: Ediciones Robinbook.
Extraños en un tren (1951) de Alfred Hitchcock. Recuperado 11, abril del 2012. http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article681.html.

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